¿Estás Preparado?

Written on 11/21/2020
Cynthia Rico


 

Estar preparado para su llamado es como ir a la pizzería. Estoy hablando de un lugar verdadero de pizza donde hacen las pizzas en el acto. Todo empieza con una bola de masa. Ellos enrollan la masa, presionando y machacando. Empiezan a golpearlo. Después de golpearlo por un rato, lo empiezan aventar en el aire girándolo. Esa masa pasa por mucho para que usted y yo podamos tener el placer de comerla.

Pero cuando vas a una pizzería, no pides masa. Quieres lo bueno. Quieres la salsa, el queso y tal vez carne o verduras encima. Todos queremos lo bueno, pero no puedes obtener lo bueno hasta que la masa este preparada. Al mismo tiempo, uno tiene que estar preparado para Su llamado. A veces, nuestra preparación empieza con un poco de prensado y ablandamiento. A veces significa que tenemos ser arrojados o golpeados por un tiempo. Pero esto es solamente en preparación para lo bueno que esta por venir.

A lo largo de los golpes y moretones, Dios te esta preparando para el destino perfecto que El ha creado que vivas. Sin embargo, qué tan bien respondes a esos arrojos o golpes puede tener un impacto en la rapidez con que alcances tu destino. Es fácil rendirse, botar la toalla o alejarse cuando en la vida hay retos inútiles o dolorosos. Pero si mantienes tus ojos enfocados en el propósito, no en el dolor, Dios lo va a usar para lo bueno y Su gloria. El obra todas las cosas para bien cuando lo amas y vives de acuerdo con tu llamado. No existe el dolor o las experiencias desperdiciadas cuando eres hijo del Rey.

Manten tus ojos enfocados en el destino – el resultado final – y encontrarás la fuerza para el viaje que te levara allí. Tienes un destino glorioso por descubrir y vivir.

Oración:

Dios en el cielo, recuérdame en esos momentos, horas, días, semanas, meses o hasta años de preparación que Tu tienes un buen plan y propósito para mi vida. Dame la gracia para confiar en ti en todo para que yo no pierda tiempo aprendiendo y volviendo a aprender las mismas lecciones que necesito saber para llevar a cabo plenamente mi destino.

 

“El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!”

Salmo 138:8 NVI